domingo, 26 de enero de 2025

EL TERCER CONCILIO DE CONSTANTINOPLA, 680-681 d.C.

Después del Segundo Concilio de Constantinopla en el año 553, el siguiente concilio ecuménico fue el Tercer Concilio de Constantinopla, celebrado entre los años 680 y 681. 

Este concilio fue convocado por el emperador Constantino IV para resolver la controversia teológica del monotelismo, una doctrina que sostenía que Cristo tenía dos naturalezas, divina y humana, pero una sola voluntad.

El monotelismo había surgido como un intento de reconciliar a los monofisitas con la Iglesia, pero rápidamente generó divisiones al ser considerado una herejía que comprometía la plena humanidad de Cristo. En el concilio, se reafirmó la doctrina de que Cristo tenía dos voluntades, una divina y una humana, perfectamente armonizadas, en correspondencia con sus dos naturalezas.

Más de 150 obispos participaron en las discusiones, y se apoyaron en escritos de teólogos anteriores como Máximo el Confesor, quien defendió enérgicamente la ortodoxia a pesar de haber sido brutalmente perseguido por su postura.

El concilio condenó formalmente el monotelismo y excomulgó a sus principales defensores, incluyendo al patriarca Sergio de Constantinopla y al papa Honorio I, cuya carta sobre el tema fue interpretada como favorable al monotelismo.

El Tercer Concilio de Constantinopla reafirmó la doctrina de Calcedonia y fortaleció la comprensión de Cristo como verdadero Dios y verdadero hombre, con dos naturalezas y dos voluntades.

Aunque este concilio logró resolver la controversia doctrinal, las tensiones entre las iglesias orientales y occidentales continuaron, marcando el camino hacia futuras divisiones.




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