domingo, 26 de enero de 2025

EL GRAN CONCILIO DE CALCEDONIA , 451d.C.

Tras el Concilio de Éfeso en el 431, el siguiente gran concilio ecuménico fue el Concilio de Calcedonia, celebrado en el año 451 bajo el reinado del emperador Marciano.

Este concilio fue convocado para resolver una nueva crisis teológica que surgió tras Éfeso, centrada en la naturaleza de Cristo y alimentada por las enseñanzas de Eutiques, quien defendía el monofisismo. Esta doctrina sostenía que en Cristo solo existía una naturaleza, la divina, absorbida por completo tras la encarnación, negando así su verdadera humanidad.

El concilio reunió a más de 500 obispos, convirtiéndose en uno de los más numerosos de la historia. En sus debates, se reafirmó la doctrina de que Cristo posee dos naturalezas, la divina y la humana, unidas en una sola persona sin confusión, cambio, división ni separación. Este entendimiento quedó expresado en la definición dogmática conocida como el Tomus Leonis, una carta del papa León I que fue ampliamente aceptada por los asistentes.

Además de abordar cuestiones doctrinales, el concilio tuvo un impacto significativo en la organización eclesiástica, fortaleciendo la primacía de Roma y reconociendo a Constantinopla como el segundo lugar en honor, lo que generó tensiones con Alejandría y otras sedes tradicionales. Sin embargo, el rechazo del monofisismo provocó un cisma duradero en la Iglesia, especialmente en Egipto y Siria, donde surgieron las Iglesias ortodoxas orientales, que no aceptaron las conclusiones del concilio.

El Concilio de Calcedonia marcó un momento crucial en la historia de la Iglesia, consolidando la doctrina cristológica que guiaría a la cristiandad en adelante, pero dejando divisiones que perduran hasta hoy. Si deseas profundizar en algún aspecto o generar una imagen de este evento, indícalo.

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